En un solar de gran tamaño dentro de un área verde de barrio y rodeado de edificaciones residenciales de seis o siete plantas se ubican tres volúmenes blancos de proporciones apaisadas y de distintas alturas. Las distintas áreas del programa deportivo se distribuyen entre los volúmenes, reconociéndose desde el exterior la organización programática interior. Estos cuerpos se presentan levitados sobre el vacío-cajeado que se usa como parking interior-exterior. La imagen blanca exterior, contínua y homogénea, que proporciona la fachada trasventilada de piezas de hormigón blanco, se caracteriza morfológicamente por el tratamiento de los huecos, que como grandes perforaciones se afilan en los extremos de manera dramática, como gesto formal que lo caracteriza.