La rehabilitación del antiguo depósito de aguas de Santiponce es un proyecto dual, por un lado se trabaja sobre el vacío dejado por una antigua manzana de viviendas demolidas y por otro lado se trabaja con un objeto de una fuerte presencia en la población: el antiguo depósito de aguas. El primer reto que asume el proyecto es dar respuesta a los límites de la zona de intervención; La avenida de Extremadura que actúa como travesía absorbiendo la mayor parte del tráfico rodado, y los accesos desde norte y sur al municipio; La edificación de la Maltería y la subida al Monasterio San Isidoro del Campo que no presentan en la actualidad un ámbito adecuado para soportar el flujo de visitas que requiere, y la edificación del antiguo depósito que se encuentra arrinconada, olvidando su gran potencial como punto en altura para el conocimiento topográfico del asentamiento urbano. Por tanto el proyecto aborda la recuperación de un fragmento urbano, con un enorme potencial, en ese momento infrautilizado. Se proyecta una plaza semiexcavada que pretende aglutinar toda la actividad pública de la zona.Un espacio deprimido que se aísla del entorno inmediato de la travesía y se configura como lugar de estancia, marcado por los distintos itinerarios que realizan visitantes y habitantes. Una talla en el suelo que sirve de catalizador de actividades y punto de encuentro y estancia del itinerario peatonal. En su cota más baja se da cabida a un sistema de piezas modulares que absorberán una serie de actividades itinerantes. La propia configuración perimetral del vacío genera las zonas de estancia y el mobiliario urbano. En toda la zona de actuación se ha eliminado el tráfico rodado, potenciando así al peatón sobre el coche, asegurando su viabilidad de dos modos: manteniendo el acceso rodado a residentes y proyectando un aparcamiento en superficie para los visitantes y los habitantes en la zona en el límite de la edificación con el futuro Parque de la Vía de la Plata. El antiguo Depósito de Aguas de Santiponce es un objeto arquitectónico con una indiscutible presencia en la población. Se trata de uno de los primeros edificios de la península elaborado con la técnica del hormigón prefabricado. Sus proporciones y localización, lo sitúan en una posición privilegiada para la elaboración de un programa de apoyo a la actividad turística que tiene Santiponce. La intervención en el depósito se centra en dos factores. En primer lugar qué se entiende por subir a la Torre y en segundo lugar como son los límites de esta. Pensamos que la experiencia de la subida a un espacio en altura debe estar ralentizada, por lo que se proponen dos subidas, una directa mediante un ascensor, que resuelve los problemas de accesibilidad , y otra a través de una escalera que es la que articula y da sentido al proyecto. La subida peatonal a la torre se propone como un itinerario, que supera la propia funcionalidad de la subida, e introduce al visitante en recorrido que entra y sale del antiguo depósito, un recorrido que trasciende el objeto e integra espacio y paisaje en la experiencia del visitante. Ese recorrido entre el interior y el exterior del depósito se soporta en una segunda piel que refuerza la estructura, soporta la escalera de subida y transforma el aspecto exterior del antiguo edificio. Una estructura de acero corten, de planta cuadrada y ligeramente desplazada respecto al centro del depósito, formada por vigas vierendel y lamas, también metálicas, Una pieza que deja un espacio intersticial entre el exterior y el depósito, donde se alberga la subida y que propone un espacio marcado por la capacidad de transformación. Un lugar atravesado por la escalera de madera, que como un pasacinta, sitúa al individuo en ese espacio. Un filtro de lamas oscuras y fijas, que con su posición horizontal modifican la experiencia de subir a la Torre en función del momento del día y del año, haciendo de la subida un momento irrepetible cada vez.